RESUMEN DOCUMENTAL
Cuando existe un defecto óseo en maxilar superior o mandíbula hemos de seleccionar el procedimiento más adecuado para su reconstrucción, en función del tamaño, afectación de partes blandas y características del paciente. Siempre hemos de buscar la técnica que con menor morbilidad consiga unos mejores resultados estéticos y funcionales, encaminados a una rehabilitación protésica precoz.
A continuación, exponemos un caso en el que existe un defecto de más del 50% de hueso maxilar superior, con una comunicación oronasal central. Optamos por utilizar un colgajo microvascularizado de peroné para dar soporte óseo y sellar la fístula. Un año después, colocamos seis implantes de titanio sobre los que posteriormente cargamos una prótesis implanto-dentosoportada. Para la reconstrucción de defectos óseos de maxilar superior o inferior y posterior rehabilitación dental se pueden utilizar distintos tipos de materiales, desde membranas (íntimamente ligadas al concepto de regeneración tisular guiada), hasta estabilizantes (elementos capaces de aglutinar y/o convertir los materiales de relleno particulados en una masa moldeable no dispersable) y materiales de relleno (hueso autólogo, hueso homólogo, hueso heterólogo y materiales sintéticos y orgánicos no óseos).
La reconstrucción de extensos defectos óseos de maxilar superior requiere de una adecuada planificación quirúrgica, encaminada a proporcionar al paciente un buen resultado estético y funcional. Los colgajos microvascularizados constituyen hoy en día la mejor opción y, si además existe un defecto de partes blandas importante, hay que seleccionar cuidadosamente el tipo de injerto a utilizar. Según nuestra experiencia, el injerto microvascularizado de peroné permite aportar, aparte de tejidos blandos, una extensión ósea si no de calidad óptima, sí lo suficientemente válida para la ulterior colocación de implantes y rehabilitación protésica.